Termina el primer trimestre de 2025 y una de las preguntas más comunes que me hacen a diario es sobre qué pasará con el sector privado en Cuba en este año y venideros pues el panorama actual no muestra signos de avance significativo, sin embargo, es fundamental entender que el contexto económico cubano es complejo, existen múltiples desafíos derivados del entorno en el que operamos, los cuales, a su vez, constituyen oportunidades que los nuevos empresarios deben enfrentar.
A esto se suman factores que he clasificado en tres categorías: sociales, políticos y económicos, los cuales describiré a continuación:
Factores sociales
- Deterioro de la calidad de vida de la población.
- Insuficiencia salarial.
- Problemas crecientes de acceso a necesidades básicas como agua, electricidad y gas.
- Aumento del éxodo poblacional.
Factores políticos y gubernamentales
- Resistencia al cambio
- Legislación inaplicable debido a su falta de coherencia con la realidad.
- Falta de visión y comprensión de las leyes de mercado.
- Política de precios máximos en algunos sectores.
Factores económicos
- Pérdida de valor y capacidad de compra del peso cubano.
- Inconvertibilidad del peso cubano y eliminación de licencias comerciales en mlc.
- Impuestos elevados que dificultan el establecimiento de precios competitivos.
Para fines de este articulo mencionare algunos aspectos legales que han variado considerablemente desde que se hizo esta apertura de las nuevas formas de gestión a partir del paquete normativo que incluía la Gaceta Oficial No 94 de 2021.
En primer lugar, las exenciones fiscales existentes, que se fueron eliminado, primero de las MIPYMES en la resolución 306/2023 y luego de los trabajadores por cuenta propia en el segundo por cuanto del decreto ley 90 /2024, estas permitían un periodo de exoneración de impuestos una vez creada la forma de gestión estatal que fuere o su reconversión.
En diciembre de 2023 se emitió el decreto 107/ 2024, que generó gran controversia en la población sobre todo para los trabajadores por cuenta propia pues redujo las actividades permitidas, actualizo los tributos sobre los ingresos personales de los Trabajadores por cuenta propia. Para esta misma forma de gestión el Decreto ley 90/2024 limitó la ayuda familiar e impidió la posibilidad de realizar ventas mayoristas y a su vez puso un freno también la contratación entre ellos.
A esto se suma la denominada bancarización (Resolución 111/2023 del banco Central de cuba complementada con la resolución 93/2023 del Ministerio de Comercio Interior y 245 /2023 Ministerio de Finanzas y Precios), un intento forzoso de realizar transacciones a través de pasarelas de pago, medida que considero en su aplicación imperativa.
Reciente normativa sobre el comercio mayorista, más específicamente la Resolución 56 del 15 de octubre de 2024 de la Ministra de Comercio Interior, establece la ordenación de la comercialización mayorista y minorista y que fuerza a realizar el comercio mayorista a través de entidades estatales, lo que supone un problema para el empresario, ya que existe un temor fundado a trasladar las imperfecciones o malas prácticas del sector estatal de la economía a las PYMES privadas.
Mi llamado va para todas las formas de gestión y sobre todo para quienes tienen como tipo de actividad fundamental, la comercialización o incluso aquellos que realizan esta actividad sin regulación legal– pues son objeto de mayor atención por parte del control estatal. Este panorama exige que el pequeño empresariado de la isla se prepare para responder con rapidez a los cambios en las legislaciones y políticas en este entorno.
Aquí te van algunos consejos para llevar mejores prácticas en tu negocio o emprendimiento
Qué debe hacer el empresario
Reunir recursos para satisfacer las necesidades básicas, por ejemplo, empresas que reparen o se asocien con las estatales para brindar servicios a la población que la empresa estatal no puede satisfacer. Inclinarse hacia un sector de producción o fabricación dentro de su actividad.
Además, es fundamental incrementar la competencia y la calidad de la oferta, mejorar la preparación de los trabajadores para afrontar las necesidades de este entorno empresarial y fomentar una cultura en la empresa que impulse mejores resultados, por ejemplo, repartiendo dividendos y realizando obras de responsabilidad social empresarial.
Establecer alianzas estratégicas con otros actores del sector privado, tanto MIPYMES como TCP, para crear sinergias, compartir recursos y acceder a nuevos mercados. Participar activamente en redes y asociaciones empresariales para intercambiar experiencias, conocimientos y buenas prácticas.»
Así mismo invertir en innovación y tecnología para optimizar procesos, mejorar la eficiencia, reducir costos y ofrecer productos o servicios diferenciados. Explorar modelos de negocio innovadores que se adapten a las necesidades cambiantes del mercado y a las nuevas tendencias.
Desarrollar una cultura de adaptabilidad y resiliencia: Cultivar la capacidad de adaptación al cambio y la resiliencia para enfrentar los desafíos e incertidumbres del entorno económico cubano. Estar dispuesto a ajustar estrategias, diversificar actividades y buscar nuevas oportunidades de crecimiento
Fortalecer la gestión financiera y administrativa: Implementar una gestión financiera y administrativa sólida, basada en la planificación, el control y la transparencia. Utilizar herramientas de gestión empresarial para optimizar los recursos, reducir los riesgos y garantizar la sostenibilidad del negocio.